El amor es la esencia de la buena nueva, y es muy importante llegar a ese convencimiento, porque si se tiene tan buena voluntad como ese escriba que interpela a Jesús, y acepta su palabra, la respuesta de Jesús no deja lugar a dudas: No estás lejos del reino de Dios.
Reflexión
El pesado yugo
Yugo pesado era la profusión de preceptos añadidos por los sabios de Israel a la Ley de Dios, en sucesivos intentos por actualizarla a las circunstancias de cada día. Su excesivo número llegó a crear estados de confusión y a no saber qué mandamientos eran son los importantes y cuales no. Todo lo que hace Jesús en su respuesta al escriba es recordarle lo que preceptivamente ha de rezar tes veces al día todo fiel judío reza: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con toda tu mente y todas tus fuerzas. Es el shemá, oración de la que se vale Jesús para explicar que no había que confundir a los fieles con aquel acerbo de añadiduras legales.
Jesús, que reduce todo a amar a Dios y al prójimo, podrá decir que su yugo es ligero.
Rincón poético
EL VIENTO DE LAS CUMBRES
Pudiera ser que el viento
blanco de las montañas
bajara al pueblo patinando
sobre la nieve. Al viento
lo delata la mano con que agita
las hojas de los árboles, y a veces,
cuando flagela enloquecida
tejados y aladares
la furia de sus látigos,
la sibilante voz de sus chasquidos
amedrenta gorriones y ventanas.
Hoy tiene el pulso reposado.
Dejadle que retoce revolcando
en la nieve la cola distendida
de su larga presencia.
Que no lo azuce incontinente el perro.
Poned bozal a sus ladridos.
(De La verdad no tiene sombra)
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