miércoles, 13 de marzo de 2013

Jesús, sacramento del Padre

. Jesús es reflejo del Padre. Hacen sus manos lo que hace Dios y su lengua pronuncia sus palabras. Es evidente conclusión que lo que se hace a Jesús cuenta con el respaldo de Dios y que quien acosa a Jesús está tirando piedras al tejado de Dios. Y al contrario, quien escucha a Jesús, está prestado oídos a lo que Dios quiere de él. Es así como la palabra avalará el júbilo de sus días sin término, de modo que al sonar la voz justiciera de Dios, los que practicaron el bien saldrán gozosos inundados de la luz inmarcesible de su gloria, en tanto que los que no, a la severidad incierta del juicio.


Reflexión

Bendito el fruto de tu vientre

La primera de las bendiciones dichas por Dios sobre Israel que figuran en el cap. 28 del Deuteronomio, dice así: Bendito el fruto de tu vientre. Hay que reconocer que es una bella frase desarrollada de forma indirecta mediante una perífrasis. Debió de convertirse en un deseo de expresión estereotipada en el lenguaje común del pueblo, porque así se expresaba Dios. Son esas mismas las palabras con que el ángel bendice en María al hijo que acaba de concebir. Al fin, los ángeles hablan el lenguaje de Dios.


Rincón poético

      EL PERDÓN DE DIOS

                  Soneto

¿Cómo es posible que tu amor admita
en tu cerco divino mi persona?
¿Cómo se entiende, cuando desentona
mi vanidad con tu bondad bendita?

Sólo sé que tu gracia es infinita
y que la misma luz que te corona
es la que llega al pecho y me perdona,
al ver con qué dolor lloro mi cuita.

Prometo, mi Señor, tener presente
ya siempre tanta dadivosidad
que me insta a pregonar constantemente
que no conoce orillas tu bondad.
Por tu perdón enjugaré mi llanto,
por mas que no merezco que me quieras .

(De La verdad o tiene sombra)

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