lunes, 18 de marzo de 2013

La intolerancia


Israel, rodeado de imperios que le acosan y ponen su pervivencia en el filo de la navaja, pone toda su fuerza en la cohesión que le da su fe en Dios, por lo que defiende su ley con uñas y dientes. Es un pueblo que vive a la defensiva y en la agresividad. Jesús, desde un propósito de depuración, distingue lo que Dios ha revelado de lo que el hombre ha añadido de manera paralela, y salva la espiritualidad hebrea anteponiendo a todo la misericordia divina. El amor a Dios y al hombre resumen toda su ley.
Se entiende así el amparo que propicia al pecador y al desvalido. No ama a Dios el que ejerce la violencia, el intolerante, el agresor. ¿Acaso quien se propone matar a alguien que ha delinquido, no ha incurrido ya en pecado?  


Reflexión

Hablemos con propiedad

La falta de formación religiosa se revela en la forma impropia de hablar sobre temas de especial relevancia que un cristiano no puede permitirse desconocer. Es lamentable oír locuciones con que se dice que el cura hecha la misa, que hace la misa, que los fieles oyen misa, y que hay quien ha estado en misa. La misa es el memorial de la muerte salvadora de Jesús, del sacrificio de su vida en rescate de nuestros pecados, donde entramos en comunión con él mediante el Espíritu, que le hace presente en el pan y el vino. La misa la celebra la asamblea de los fieles, que no se limitan a oír ni a estar, sino que participan del sacrificio, y en cuanto al sacerdote, no echa la misa ni la hace, ya que es actualización del sacrificio de Cristo, sino que la preside.
La ignorancia de lo que es el sacramento eucarístico tiene la culpa de tales desatinos.


Rincón poético

BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO

Fue una tarde menguante,
caduco el resplandor.
Fray Francisco bendice
al hermano León:


- El Señor te bendiga,
que te guarde el Señor;
y te miren sus claros
ojos con compasión.
Lluevan sus manos paz
sobre ti, fray León;
y te sonría siempre,
ovejuela de Dios.

Francisco hizo una cruz 
en el aire y su voz 
al fraile, como fina
lluvia, le enterneció.
¿Qué secreto guardaba
aquella bendición?

La tarde se ponía
desvanecido el sol.


(De La verdad no tiene sombra)

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