viernes, 14 de junio de 2013

El adulterio

Jesús nos explica hoy cuál es el concepto que él tiene del noveno mandamiento, a diferencia de lo que se venía imponiendo por las autoridades israelitas. En general, Jesús nos está enseñando que es en el interior del corazón donde habita la bondad del hombre, y no en las meras apariencias del cumplimiento mecánico de la ley. En el corazón se origina todo lo bueno, que luego se concreta en la conducta humana. La pureza de corazón agranda, con la gracia, su capacidad de amar, y  se consolida en él una  piedad sincera para tratar a Dios y una cordialidad limpia para tratar a los demás.
     De esa limpieza en la mirada, en las palabras y en los hechos, nos habla el mandamiento de Jesús hoy: El  que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón. Ya ha pecado contra el espíritu de esa ley que expresa la voluntad de Dios.
Todo pensamiento, deseo y proyecto pecaminoso es condenable por igual en el hombre como en la mujer, casada o no. Pero aquí Jesús está denunciando además la injusticia judía contra la mujer casada. Vivirá con delicadeza este mandamiento, quien frecuente el trato con Dios, hasta que su amor acabe por llenar nuestro corazón.  

Reflexión

Confianza filial


Hay pasajes en los evangelistas sinópticos que nos presentan una grata faceta de Dios como Padre, donde se nos invita en nuestras peticiones a proceder con absoluta confianza como hijos suyos que somos, si bien también se nos ruega que insistamos porfiadamente, como prueba de es misma confianza que no admite desaliento. Son textos con que Jesús enseñaba a rezar a sus discípulos y nos enseña a nosotros a saber qué podemos pedir y con qué firmeza hemos de hacerlo, para que nuestras súplicas lleguen hasta Dios.


Rincón poético

POR LOS CIELOS

Dicen que hay a veces
cosas en los sueños
que tienen sentido, 
mas yo no lo creo.
Montaba una nube, 
la brida en los dedos,
con la crin muy blanca
tendida en el viento. 
Olía a tomillo,
olía a romero,
pero era una nube
de azúcar e incienso.
Trotaba frenética
cruzando los cielos.
Yo quise bajarme,
tenso por el miedo;
mas no lo logré, 
y ese momento,
note que la nube
la llevaba dentro.
¿Qué sentido darle,
si lo tiene un sueño?
No sé qué decir, 
ni apenas lo entiendo.
Ya dijo un poeta
que la vida es eso.

(De La flor del almendro)


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