Comerciantes y cambistas han hecho del templo lugar de mercaderías y transaciones, lo que indigna a quien es Hijo de ese Dios cuya presencia buscan todos en él. Jesús proclama que el templo es casa de oración, no mercado ni tienda de ladrones, lo que le acarrea el rechazo de los dirigentes del templo que intentan confundirlo en vano.
Somos templos del Espíritu Santo y hemos de tener sumo cuidado en no profanar la santidad del sitio donde Dios gusta de residir.
Reflexión
Las golondrinas
La golondrinas visten de noche. Ramón Gómez de la Serna decía de ellas que son tijeras que cortan el lienzo de los cielos. Solemos decir todos que anuncian la primavera. A la golondrinas las rige su instinto irracional; no son inteligentes. Vinieron una vez más con los primeros balbuceos de la primavera, como era de esperar. Un oleaje de frío las abatió y un número notable de ellas aparecieron muertas en las aceras y alcorques de los árboles por el rigor intempestivo de una climatología enloquecida. Acabando mayo, las he vuelto a ver con las primeras luces revolando por los cielos. Que sea para bien.
Rincón poético
EL LÁPIZ
El lápiz. Con el lápiz
firmemente agarrado, como quien
empuña ahincadamente
un puñal de madera,
de niño garrapateé
mis primeras palabras, letra a letra,
morosamente, hendiendo
mi página primera, como afilada quilla.
Al lápiz le persigue
un coro de competidores
sin casta, advenedizos,
sin pedigree.
Aunque con él los niños todavía
dibujan monigotes
que sacan de la mina de grafito,
saltando entre colores
por los edenes de la fantasía.
No retiréis el lápiz entrañable,
no retiréis el lápiz todavía,
seguid sacando punta en un extremo.
Tiene como un bajel adelgazado
brújula, proa, popa y timonel.
Volveréis a ser niños, aunque a veces
cometáis nuevamente faltas de ortografía
y no os salga el problema imaginario
que os puso aquel adusto profesor,
o la regla de tres
tan recurrente y recurrida.
(De La flor del almendro)
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