Hay salmos que, para declarar la fiel disposición de alabar a Dios en todo tiempo, enuncian un propósito de levantarse con las últimas estrellas. No basta con disponer de todo el día; hay que adelantarse a la aurora para ganar tiempo; todo es poco para alabar incesantemente a Dios. El tema es recurrente; cambia la expresión y el contexto lingüístico, como cuando se dice: Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Los salmos son himnos donde la afectividad está siempre a flor de labio. Himnos confidenciales para expresarle a Dios lo mucho que nos alivia su acompañado favor, enumerar todo lo que nos acerca a él, contarle todo lo que urden en contra los demás desde la iniquidad y, en general, todo lo que nos aqueja y duele. Las figuras poéticas que enriquecen el lenguaje, intensificar la intensa sinceridad de su expresión, exaltada unas veces y muchas de ellas, dolorosa.
Me adelantaré a la aurora, Señor, para enumerar una a una tus bondades.
DELANTE DE LOS ÁNGELES
Son palabras de un salmo: Delante de los ángeles cantaré.
Los que vienen abriendo asiduamente este blog, habrán advertido ya que el encabezamiento de la página donde queda situado el blog ha cambiado su titulación, Delante de los ángeles. Es un aviso para navegantes.
Entre ángeles anda el juego, porque con ángeles tienen que ver el nombre del redactor y el lugar donde ha de instalarse más bien pronto. Un nuevo destino del redactor de la página, induce a sustituir el título, Desde Teruel, ya que al cambiar el lugar de redacción, es comprensible que cambie el sentido del encabezamiento del blog, que seguirá atendiéndose desde tierras soleadas del Mediterráneo.
El cambio no altera la cordial proximidad del que escribe con el que lee. Las distancias por internet, aunque frías, porque lo es la técnica, son siempre cortas.
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