martes, 14 de junio de 2011

Amar a todos sin reservas

Jesús pone los puntos sobre las íes de la Ley decretada en la cumbre del Sinaí, desde la plenitud de que él mismo es signo acabado. Hay que tachar ese impulso a reprobar al enemigo de irreconciliable modo, criatura de Dios al fin. San Francisco hasta apaciguó al lobo de Eugubio.


El precepto de amar al hombre es absoluto y no admite reservas ni descuentos. Dios nos ama tal como somos, aunque en nombre de su infinita bondad reniegue de los que hacemos

 
Reflexión: La frugalidad
        La frugalidad fue siempre virtud a la que se acogieron personas que supieron anteponer el comedimiento al abuso en el yantar. La frugalidad se asienta en la austeridad, ese saber vivir inteligentemente desde la sensatez y el dominio de sí mismo.

La frugalidad es la elegancia en el comportamiento de la mesa, aliada de la sencillez, la sobriedad, la salud y el justo medio.

San Francisco de Asís y sus compañeros bien podrían impartirnos un curso completo de santa y feliz frugalidad, ese plato único de los pobres.

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