A Jesús le preocupan la discordia y disensiones que minan y ponen en dispersión a quienes ha de mantenerse unidos la profesión de una misma fe y un mismo amor.
La fe y el amor, como cogidas estrechamente de la mano, configurarán al creyente, como trasunto del abrazo y la comunión que establece el Espíritu divino entre Padre e Hijo. En la misma medida que las piedras vivas que conforman el edificio que es Cristo eviten quiebras y fisuras, la familia cristiana hará Iglesia compacta y firme.
La clave de toda evidencia es ésa: no hay unidad donde no hay amor, en cuya realización, la asiste el aliento de Dios.
Reflexión: Hasta luego
Dicen que despedirse es morir un poco, despojarse de mucho que has venido amando. Hay despedidas en la historia que hicieron época. Horacio, a la luz de la luna, en Roma, lentamente, hacia el destierra a tierras inhóspìtas, dando una última mirada a la negra silueta del Capitolio. La del último rey moro, Boadil, dejando tras de sí, a lágrima viva, un espléndido palacio rosáceo que ya no volverán a ver sus ojos. La sosegada, aunque tristísima, de Jesús, en el evangelio de Juan. Dejar inopinadamente Teruel, de buenas a primeras, que has habitado plácidamente largos años, bien merece también una lágrima.
En realidad, vivir es ir despidiéndose cada día un poco de lo que uno va dejando de ser. Con todo, decir adiós cuando la despedida va para largo, cuesta un poco; es dejar atrás una parte de tu biografía, todo lo humilde que se quiera, pero es la tuya, y perder el contexto en que la venías viviendo, no sólo es pasar página con la yema del dedo humedecida. Sólo que para el idioma castellano, que nos expresa en muy buena medida, no existe la despedida definitiva: ¡Hasta ahora!, decimos no sin cierto optimismo, dejando la puerta entreabierta para un anhelante regreso.
Pues eso: ¡Hasta ahora!
Asi es Angel, un ¡Hásta ahora! es dejar la puerta abierta a la esperanza del feliz reencuentro con los buenos amigos. Separación y reencuentro van de la mano, no hay uno sin el otro. Yo digo ¡Hásta luego! que es lo mismo.
ResponderEliminarHasta luego Ángel y feliz reencuentro.
Un beso Mª José
Desde hoy y gracias a ti Teruel y Carcagente nunca han estado tan unidos. Nos vemos muy pronto para que nos enseñes esa, parece, bonita ciudad. Isabel ya te echa de menos. Abrazos y besos de Delia, Isabel Santi y Salvador.
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