domingo, 12 de junio de 2011

Pentecostés

        Hoy es la festividad con que honra la Iglesia al Espíritu Santo.

        En la medida que el hecho de respirar es signo de vitalidad, al Espíritu divino se la ha llamado el aliento de Dios. De hecho, hablamos de tener o no tener aliento una persona de mucho a poco ánimo, y cuando alguien desfallece, procuramos alentarle, animándole a superar su decaimiento.

        Jesucristo resucitado se hace visible a sus discípulos, acoquinados por miedo en una casa cerrada a cal y canto, y les insufla su aliento, haciéndoles partícipes de su propio Espíritu, ese mismo aliento que anima nuestro esp´`iritu enlas aguas del bautismo y nos habita, el mismo Espíritu que habitó a Jesús y que, como a él, nus resucitará un día venturoso.

       ¡Aleluya!


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