domingo, 30 de diciembre de 2012

El Niño perdido

    El itinerario desde Galilea a Jerusalén seguía el trazado del Jordán por por su lado opuesto reuniendo sucesivamente a las familias que salían al camino y se integraban en la caravana hasta Jericó, donde se organizaban según tribus antes de emprender la abrupta subida a Jerusalén. El regreso lurgo hasta Jericó, se hacía sin observar un orden establecido, y una vez allí, volvían a ordenarse en tribus.. Los niños bajaban jugando, y en Jericó esperaban a sus padres. Es allí donde José y María advierten que Jesús se ha quedado en la gran ciudad y han de regresar cansinamente hasta dar con él, ocupado en dialogar con los sacerdotes del templo. Tres días duró la angustiada búsqueda.
    Sus padres no puden menos de mostrar su disgusto, y Jesús les recuerda que él está en la casa de su Padre. Empieza, pues, a reconocerse como el Hijo de Dios que es, algo que sus padres no han de olvidar ya nunca.
    Ese dolorido desvelo de María y José por el hijo, ha inspirrado la celebración de la integridad familiar. La familia es la célula social insustituible. La comunión de amor y de vida que ofrece la familia cristiana, constituye el clima más adecuado para el crecimiento y madurez personales, amparados por la donación y amor mutuos, único camino posible de realización humana y cristiana de sus miembros.
    El amor es y será siempre el origen y fundamento de la familia; no hay sustitutivos posibles, lo que exige entrega y sacrificio, ya que nunca el egoísmo logró entramar comunidad alguna. Valores cristianos que fundan la familia son la solidaridad, la responsabilidad y el servicio, la tolerancia, comprensión y el compromiso con las personas, sobre todo con las más débiles y marginadas.



Reflexión

El 25 de diciembre

     No siempre el 25 de diciembre fue la fecha conmemorativa del nacimiento de Jesús. Al no  saberse en qué día concreto ni en qué mes tuvo lugar la natividad del Señor, la Iglesia primitiva le asigna en principio el 6 de enero, mientras se iba cubriendo un primitivo calendario que trató de ordenar la vida de Jesús, junto con la adoración de los magos y el bautismo. Rayando el siglo IV, se traslada al 25 de diciembre, en sustitución de la festividad pagana del dios sol. En Roma, la celebración de los magos continuó fijada en el 6 de enero, costumbre litúrgica que se traslada a toda la cristiandad.
    Lo importante no son las fechas, sino el sentido salvador que adquiere este hecho de un Dios que se asemeja así a los hombres para salvarnos desde nosotros mismos. 


Rincón poético

DOS FORASTEROS

En Belén, dos forasteros
buscan pasada y no encuentran,
que ocurre que el hombre a veces
tiene el corazón de piedra.
Cae la noche, arrecia el frío.
Hay un pesebre muy cerca.
La mujer alumbra a un Niño.
María es su nombre y Dios
es quien ha nacido de ella.
¡Nace y ya no tiene donde
Dios reposar la cabeza!
María sobre las pajas
del pesebre lo recuesta.

Como la noche es oscura
ángeles traen una estrella,
la encienden como un fanal
y sobre el portal la cuelgan.
Pastores acuden pronto
al portal y lo celebran.
Tiene la boquita de agua
el Niño y todos los besan.
¿Sabrán los hombres que Dios
les ha nacido en la tierra?
Cristianos, venir corriendo,
que Dios os abre sus puertas.


(De Tu luz nos haga ver la luz)





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