La fe, una vez más, en los evangelios de la infancia es la condición que exige la obra de Dios. La fe es el aldabón que hiere el pecho de Dios en nuestras relaciones con él. De ahí que dudar de su palabra merezca gestos de corrección que eduquen a quienes se pliegan a su sombra desde el amor y la esperanza. Dudar es poner en tela de juicio el amor de Dos. Quien le ama de verdad, no se permite el riesgo de dudar de él.
Para Dios todo es posible. Cuando nos tiente la duda, pidamos a Dios, como los apóstoles, que nos aumente la fe.
Reflexión:
Queso de hace 7.500
La necesidad de alimentarse, inspiró siempre al hombre la obtención de todo lo que contribuyera a satisfacer semejante urgencia, semillas, verduras, alimentos elaborados con productos de la tierra y sus animales domésticos.
Lo he leído en la presa madrileña. Por tierras del norte de Europa, ya se obtenían productos lácteos hace 7.500 años. Quiere decirse que la leche ha sido desde siempre un producto básico de la industria casera del hombre primitivo. Así lo deducen científicos de la Universidad de Bristol del análisis de unas decenas de fragmentos de vasijas de cerámica, perforadas para colar la leche. Las vasijas tienen 6.000 años de existencia, lo que revela cómo los productos de la ganadería les servía a nuestros ancestros para la supervivencia. No sólo con pan y vino se anda el camino.
Rincón poético
TU ESTANCIA AQUÍ
Soneto
Ya que vienes, Señor, a nuestro lado,
si de nuevo te vas, no tengas prisa
por dejar otra vez huérfana y lisa
esta tierra, mi Dios, que nos has dado.
Tu estancia siempre fue de nuestro agrado.
Sentir tu aliento, el soplo de la brisa
que nos alienta, el mismo con que avisa
del riesgo extremo de vivir airado,
es disponer de la voz oportuna
que nos inspirará en todo momento
las exactas palabras con que hablar.
Hay que engastarlas luego, de una en una,
con espaciado y cuidadoso tiento,
con elegancia incluso, en su lugar.
(De Tu luz nos haga ver la luz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario