miércoles, 5 de diciembre de 2012

Jesús ante el dolor

      Mateo nos presenta en este pasaje a la pobre humanidad que corre tras de Jesús para que la socorra en sus males. La lista que nos da de ella el evangelista es significativa por la acumulación de miserias humanas. Es como decir que Jesús no dejaba carencia alguna sin atender. Es así como una presentación de quien va a ser Jesús a lo largo del evangelio: el mesías misericordioso que tiene en lo más alto de sus preferencias a los que nada tienen.
       En este tiempo de espera, es oportuno reflexionar en ese Dios amoroso que sólo el corazón puede descubrir, porque él no quiere saber otro lenguaje que el de la compasión y la amistad. Ante los leprosos, ante los cojos y ciegos, ante los endemoniados, ante la humanidad turbia y dolorida, vemos aquí la imagen de Jesús coleccionando en su corazón todas las dolencias del hombre, anticipo de Jesús mismo en la cruz.
        Hagamos por ser como él. Porque uno es ante Dios, lo que sea entre los hombres: Dime cómo amas a los demás y te diré quién eres.



Reflexión: Una tertulia sobre el porvenir del libro tradicional

    En una sabrosa tertulia integrada por escritores y lectores empedernidos, se propone el tema de los libros electrónicos y el riesgo potencial de que acaben con el libro tradicional. Alguien se quieta sin más de encima toda posible controversia, de un plumazo, alegando que esos sofisticados aparatejos  son mero cebo para comercializar con chavales. Replicó otro que él usaba indistintamente uno y otro soporte de lectura, sin perder su preferencia por el libro de papel. Todos convinieron que no hay como la culta satisfacción de palpar y hojear un buen libro con su tinta literaria, y escuchar las indicaciones de buenos libreros. conocedores y amantes de tan respetable oficio. El libro de papel no desaparecerá tan fácilmente. Sufrirá el menoscabo de ver mermada su clientela lectora, pero las rosas de verdad perseverarán, a pesar de la baratura de las que confecciona el plástico.

Rincón poético

SUEÑOS DE MARÍA Y JOSÉ

Soñaba san José
sus dudas, sus sospechas.
¿Qué soñaba la Virgen
cuando le informan que era
Madre del mismo Dios
que hizo el cielo y la tierra.

Siempre soñaba en él
de la misma manera
que se vive pendiente
de aquel en quien se sueña.
Entre Dios y María
ni imagino una grieta.

El amor no se mide,
el amor no se pesa,
el amor nos iguala,
el amor nos acerca.
Ella estaba con Dios;
Dios estaba con ella.

Vuelve en ti, san José;
no sueñes lo que sueñas.
María tiene a Dios,

que sus entrañas llena
un hijo también tuyo
alivio de tus penas.


(De Paseando mis sueños)

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