jueves, 22 de agosto de 2013

Muchos son los llamados

Los destinatarios de esta parábola del banquete del Hijo que se casa, son los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, por lo tanto, bien se hace notar que esos que declinan asistir a las bodas del hijo del rey, representan a todos los judíos.

Ellos son los primeros, como representantes de todos los judíos, a quienes Jesús apremia a que se conviertan a Dios en muy primer lugar. Al dar la espalda al requerimiento de Dios, nadie sino ellos, que se excusan, son los culpables de que Jesús salga a las encrucijadas de los caminos y haga suyos a los que no lo eran, a los últimos.

Aún así, no todos serán admitidos sin más al banquete, que supone participar del reino de Dios. El seguidor de Cristo debe llevar bien impresa la señal que lo acredita como tal, y esa señal es la adopción de la fidelidad a su palabra mediante el bautismo. 
El cristiano ha de serlo de verdad y esa invitación es como una llamada a la fidelidad que requiere la nueva alianza.

Reflexión

Conciertos en Santo Espíritu

Siguiendo un compromiso ya establecido, todos los años se celebra una velada de dos días consecutivos, al atardecer, en la plaza del monasterio de Santo Espíritu, a lo que contribuyen el Ayuntamiento de Gilet (Valencia) con su aportación material y la cantante lírica Emilia Onrrubia que se hace cargo de la organización de la velada.
El primer día, interpretó una serie de obras ya clásicas de jaz una compañía dedicada ello. El segundo, una selección de piezas líricas de difícil interpretación en que se lucieron Emilia Onrubia, soprano, Antonio Iranzo, tenor, Estíbaliz Ruiz, soprano y Consuelo Hueso, mezzosoprano.  Al piano, acompañó José Madrid. La plaza estuvo a reventar en cuanto a la afluencia de gente.

Rincón poético

          CAPRICHO

Hay una estrella en el cielo
que se apagó en Navidad;
el niño llora que llora,
porque la quiere encontrar.
Quien sepa dónde se esconden
las estrella que se van,
que lo diga; así las penas
del niño se calmarán.
No basta que se le diga
que la estrella volverá.
Él quiere la estrella ahora
porque lo quiere, y ya está.
¿Quién le aconseja que espere;
a que llegue Navidad?
No sabe esperar el niño.
Él quiere la estrella ya.

(De A la sombra de un álamo)

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