El evangelio no se puede leer a la ligera como quien lee un texto anodino. Hay pormenores que contribuyen a descifrar hechos incomprensibles si no les presta la debida atención.
Establecido Jesús en Cafarnaún, un sábado, al salir de la sinagoga, cura a la suegra de Pedro de unas fiebres que la tienen postrada. No es la única persona necesitada de atención médica en Cafarnaún. ¡Pero ya quisieran igualmente los restantes enfermos del poblado poder obtener ya tan prodigioso favor, pero el descanso sabático, mal entendido por quienes rigen la espiritualidad judía, lo impide: está prohibido curar en sábado.
Al atardecer, según el cómputo judío de los días y las horas, ha dado comienzo un nuevo día. Es el momento en que apresuradamente se agolpa la gente con sus enfermos ante la casa de Pedro, donde Jesús se hospeda.
Es gratificante entonces consultar el contexto cultural en que transcurre el relato evangélico para su mejor comprensión.
Restos de iglesia alzada sobre la casa de Pedro
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