lunes, 14 de mayo de 2012

Que no tiemble vuestro corazón

    Después de tener con sus discípulos un cierto número de confidencias reveladoras de su espiritualidad, con las que comprendan mejor su misterio, les advierte que si ha tenido con ellos esta consideración inusual, es para que tengan sobrados motivos de alegría, ya que a nadie se le distingue con tan alto favor. Que no tiemble vuestro corazón, les anima. Y les envuelve con el don de su paz.
    Los mediadores de Dios, al aparecérsele a alguien para confiarle un mensaje, tranquilizan de inmediato a la persona asustada. Jesús en sus apariciones procede de igual manera. Este gesto de investir de paz a sus discípulos en este instante, eleva el hecho a calidad de mensaje altamente revelador.  
    Es de agradecer que Jesús haya condescendido con darnos a conocer la realidad de Dios y sus tres divinas personas y que la Iglesia nos lo recuerde en este día conmemorativo del apóstol suplente que es San Matías.

Reflexión; Las golondrinas

    Gómez de la Serna decía que las golondrinas eran raudas tijeras que cortaban el cielo, o algo así. Dando de lado a sus geniales greguerías, es cierto que las golondrinas trazan finas líneas inverosímiles con su media luna negra, por toda la amplitud del cielo creando como un desordenado telar donde unas y otras se entrecruzan y revuelven en ágiles giros, como quien teje una invisible y sutil gasa ingrávida.
    Llegan alegres piando en la primavera, se trasladas de un espacio a otro, crían y en las postrimerías del otoño, emprenden su vuelo migratorio o otros países más cálidos, pero vuelven, diga lo que diga Adolfo Becquer. Y otra vez, al amparo de los aleros de los tejados, edifican sus nidos apilando pequeñas pellas de barro. ¿Quien les ha enseñado los secretos  de la albañilería?

Rincón poético

REGRESO AL PASADO

En la puerta del pasado
puse una llave, la mía.
No sospechaba detrás
las cosas que se escondían.
Unas que había olvidado
y otras que nunca se olvidan.
Era volcar un baúl
sobre una mesa infinita.
¿Qué me impulsó a abrir la puerta
de mi estancia más antigua?
Cementerio malhadado
de extrañas rosas marchitas
que nadie cuida de hallar
porque no se necesitan,
su aroma es tan peligroso
que muere quien no lo evita.
A cal y canto, otra vez
cierro la puerta maldita,
que el tiempo cuando se ha ido,
ya no es tiempo, es pesadilla.

(De Haciendo camino)

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