sábado, 5 de mayo de 2012

Quien me ha visto a mí...

    En Jesús se refleja el Padre, porque el Hijo y él son uno. Quien con los ojos de la fe ve a Jesús, espejo evangélico de las verdades del Padre, ve a Dios. Es el Padre quien dice y hace cuanto dice y hace Jesús, porque a un mismo tiempo están el uno en el otro. Ahondar en las palabras de Jesús equivale a ahondar en el corazón de Dios. Estar con Jesús es estar con Dios. Jesús es la cara humana del Padre, que al hacerse nuestro, establece una más estrecha  dependencia de Dios. Que nadie ni nada nos impida estar y ser de  Dios en Jesús.

Reflexión: Cámaras digitales de cartón

    Este despilfarro de usar y tirar, llega ahora a la misma electrónica, desde que cierta empresa de mobiliario cuyos elementos ensambla en casa el comprador, está a punto de lanzar al mercado una cámara digital de cartón, así como suena, de cartón corriente y moliente, ni siquiera de cartón piedra, que el usuario montará siguiendo el consiguiente manual de instrucciones. Dispone de una óptica de 2.3 pegapíxeles, su memoria admite 40 fotografías y cuenta con conexión a un ordenador al que transferir dichas fotos. Y uno, que ya no se admira de nada, se pregunta: ¿Para cuándo el ordenar de cartón y mazapán con nata?

Rincón poético

UN PAÑUELO DE ALGODÓN

La Virgen tiene en la mano
un pañuelo de algodón,
para enjugarse las lágrimas,
para enjugarse el dolor.
La Virgen está agobiada;
nunca antes tanto sufrió.
La cruz proyecta su sombra
herida en su corazón.
¡Ay Dios, que los años pesan!
¡Más pesa el agobio, ay Dios!

En la cruz, hecho pedazos
está sangrando el amor.
La sangre empapa la tierra;
no empapa a los hombres, no.
¿Cómo se atreven, malditos,
a matar al mismo Dios?
Con un martillo en pecado
le clavan sin compasión.
Convengan todos conmigo:
no hay sufrimiento mayor.

La Virgen llora que llora,
canta el odio una canción
y Jesús con una tea
prende incendios de perdón.
No hay un cáliz donde quepa
tanta altura, tanto amor.
Para enjugarse las penas,
para enjugarse el dolor,
la Virgen tiene en la mano
un pañuelo de algodón.

(De Haciendo camino)

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